EN ESPAÑOL:
Llegamos a Mendoza pasada la medianoche. Tuvimos suerte que el terminal estaba con mucha gente y una línea de taxis a disposición en la salida. Como les habíamos comentado antes, en el norte de Argentina, que sería nuestra primera visita del país, solo dormimos en hotel una sola vez – muy costoso -, el resto de los días hicimos siempre camping. La gran ventaja es que hay muchos campings a lo largo del país y ésto por ende, reduce considerablemente los costos. El gran detallazo es que el único camping de Mendoza estaba lejiiiiiiiiiiisimo de la ciudad, el servicio de bus es realmente NULO, de día o de noche y eso nos dificultó nuestros traslados dentro de la ciudad. Pero bueno,… ni modo.
Pasamos 4 días en Mendoza, con días cortados a causa de tardes enteras perdidas porque la siesta de los argentinos es sagrada, de 1 a 6 y realmente no encuentras qué hacer en ese tiempo. Nuestro primer día en la ciudad fuimos a visitar el centro, sus plazas de estilo europeo, sus edificios de fachadas europeas,…. En la noche hicimos nuestra primera comida bien argentina, con bife, vino y demás! Riquísimo! Una verdadera delicia!
Nuestra estadía en Mendoza coincidió con la feria anual de la Vendimia , es una celebración regional en la que eligen a una reina y hay un espectáculo musical (estilo la feria del sol en Mérida más o menos), así que la primera noche vimos el desfile con la presentación de las reinas. Basta decir que Mendoza es “la capital del vino argentino”, los mejores vinos del país se producen allí, en su gran mayoría de tipo Malbec.
Sábado 5 de marzo, segundo día en Mendoza, circulación de la ciudad completamente interrumpida por otro desfile de carrozas de la feria de la vendimia. Qué desorden total!!! La gran avenida del parque San Martin completamente cerrada para dar paso a los camiones que hacían de carrozas y permitir que los peatones tomasen fotos y disfrutaran de las presentaciones.
No sabría cómo describir esto la verdad,… era un desfile ciertamente pero con un desorden de tal magnitud que le hacía perder mucho de su interés. Básicamente eran carrozas que llevaban a las chicas (aspirantes a reinas) que lanzaban frutas (melones, peras, manzanas, uvas, etc.) a las personas alrededor. Otras lanzaban bistecs cocidos, otras lanzaban paquetes de pasta, o paquetes de arroz,…. En fin, un desorden total! La gente se abalanzaba para recibir algo, el piso todo sucio para caminar, y las voces en los altoparlantes que no dejaban distinguir los sonidos para saber el nombre de la aspirante, de cuál región provenía,… en una de esas Guillaume alzó las manos y agarró una ciruela! Yes! Algo es algo no? Lo mejor fue la chica que lanzaba melones, de pana, qué vacilón!
Este segundo día llegamos hasta el poblado de Maipú a 12 Km de Mendoza para visitar una de las bodegas de vino de la región. Visitamos la “Bodega Rural”, una de las más antiguas y conocidas, la entrada y degustación es gratuita y además hay un museo del vino en el interior. Interesante!
De allí caminamos un poquito más hasta una pequeña fábrica de chocolate y aceite de oliva artesanal de la localidad. Pagamos por la degustación del aceite de oliva, licores dulces y chocolate (que fue flash, duró unos 5 minutos) y de allí regresamos a tomar el bus que nos llevó de vuelta a Mendoza.
Tercer día en Mendoza, a caminar otra vez hasta el centro de la ciudad, los buses no se paran, no hay paradas indicadas para saber dónde hay que esperarlo, si se para el bus no le puedes pagar al conductor directamente porque debes tener una tarjeta especial, la tarjeta es una fila enooooooooorme para sacarla y además hay que pagas solo por el plástico, … de verdad que los buses de esta ciudad nos desesperaron más de una vez!
Este día no lo aprovechamos casi nada, porque los horarios nos coincidieron con la siesta argentina, así que,… caminamos y tomamos algunas fotos de la ciudad (vacía, jajajaja).
Esta ciudad es grande, con un marcado estilo europeo en muchas de sus edificaciones, pero no sabemos en realidad si fue por el asunto de la siesta argentina, pero la encontramos de un muerto,… los días de carnavales sin ninguna celebración, más aburrido,…. Una ciudad para hacer una pausa y recargar energías, pero no tan interesante como esperábamos. Fue una lástima que nuestras fechas de viaje no coincidieran con la celebración de los carnavales de Oruro, e Bolivia, uno de los más conocidos de Latinoamérica.
Cuarto día, un taxi fue a buscarnos al camping muy tempranito, a las 5:30 a.m. para llevarnos al terminal de buses. Nuestro próximo destino: puente del Inca – Aconcagua, limítrofe con la frontera de Chile.
EN FRANCAIS:
Mendoza est connue pour son vin et on va s’es rendre vite compte car on est arrivés en plein festival de « Vendimia », la fête de ce breuvage qui a lieu chaque année à l’époque du Carnaval !
On est arrivés vers minuit après une correspondance et on a eu de la chance qu’il y avait pas mal de taxis à disposition à la sortie du terminal. Direct on part donc au seul camping proche de la ville qui n’est en fait pas si proche que ça car situé à l’extrémité du gigantesque Parc San Martin… Et comme le service de bus était vraiment nul, festival et routes barrées aidant, on a eu pas mal de difficulté pour circuler dans la ville durant notre séjour…
On a passé 3 jours à Mendoza, ville que Dorothée connaît bien pour y avoir passé 6 mois !
Les jours ont été bien coupés à cause du problème des bus comme cité précédemment mais aussi à cause de la sieste, primordiale dans le nord de ce pays et qui n’est pas facile à gérer pour visiter. Le premier jour nous nous sommes rendus au centre pour voir la place principale et les 4 places situés symétriquement autour dont les places d’Espagne et du Chili très jolies ! On a aussi vu quelques édifices de style européem à l’architecture plutôt intéressante et le soir nous avons fait notre premier repas typiquement argentin avec un stek énorme « ojo de bife », du vin Malbec typique de la région, du chorizo, du boudin et la salade tomate/oignon : la totale donc ! Quel délice et quelle viande si tendre !
Après ce succulent repas nous avons été voir le défilé de la Vendimia avec les reines de chaque ville alentour qui défilaient sur des chars. Pas terrible mais l’original est qu’ici ils ne jettent pas des bonbons mais des grains de raisin, des prunes, des pommes voire… des melons ! Attention donc à bien rester attentif au risque de se prendre un bon coup sur la tête ! Et le summum : un char où ils faisaient cuire de la viande qu’ils distribuaient aussi ! La seule chose qu’on a attrapé de notre côté fut une petite prune mais c’est toujours mieux que rien non ?
Samedi 5 Mars, notre deuxième jour au milieu des vignes et deuxième d´filé qui a complètement gelé le trafic, un désordre total ! L’avenue principale menant au parc était complètement fermée car remplie de char et nous avons donc du nous rendre au centre à pied sous un soleil de plomb du type de celui du Sud de la France en plein été, soit un peu plus d’une heure de marche.
Une fois enfin arrivés au centre nous prenons le bus pour Maipu afin de visiter une cave de la région, « La Rural », une des plus anciennes et plus connues qui a la particularité intéressante d’avoir son propre musée ! Instructif et en plus il nous offre une petite dégustation gratuite !
Le paysage dans ce secteur, oliviers et vignes, assorti au climat font indéniablement penser au Sud de la France et en marchant sur ces petites routes en effet on se croirait en Méditerranée !
À peine sortis nous nous dirigeons vers une petite fabrique artisanale de chocolat et d’huile d’olive pour une autre dégustation de liqueurs, de produits à base d’huile d’olive et de confitures qui fut super vite expédiée (10mn maxi montre en main) ! Nous reprenons ensuite le bus vers Mendoza et nous rentrons au camping en jonglant avec les bus fantômes et en terminant à pied.
Troisième jour et rebelote on doit de nouveau se rendre à pied au centre faute d’avoir ni la carte de bus spécifique à la ville qu’on n’allait pas acheter pour 3 jours ni de monnaie car les machines pour acheter les billets ne fonctionnent qu’avec des pièces… Bref on marche encore et toujours !
On a pas fait grand-chose ce jour là, horaires de sieste plus jour de Dimanche ne nous aidant pas beaucoup sinon programmer notre voyage du lendemain vers les sommets andins et marcher dans la ville morte. La ville est grande et bien structurée mais la voir si vide en plein après-midi nous a marqué car la ville ne parait animée qu’à la nuit tombée !
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